Es un clásico de los viajes en avión. Para ahorrar, los pasajeros de presupuesto exiguo y los ahorradores que siguen al dedillo las enseñanzas de Matías Prats escogen una aerolínea de bajo coste como Ryanair que permite llevar una maleta de hasta 20 kilos como equipaje de mano, siempre y cuando tenga las medidas adecuadas.
Este pertrecho, que por lo general viaja embutido en los compartimentos superiores del avión (probablemente a diez filas de distancia si el dueño ha decidido ignorar la larga cola en el embarque), se suele quedar corto, así que todo viajero avezado suele llevar puestas sus prendas más pesadas.
El chaquetón, el jersey gordo, el cinturón de hebilla maciza, las botazas… Todo con los bolsillos llenos de accesorios, aparatos electrónicos y hasta ropa interior: las gafas de sol, el móvil, calcetines... Cuando se trata de atravesar el arco de seguridad es un incordio, pues el estriptis para que el dichoso chisme deje de pitar está asegurado, pero es un mal necesario si se quiere viajar con algo más que lo justo.
O lo era hasta que la pareja formada por Andrew Benke y Claire Murphy concibió una alternativa que hará que los prebostes de las aerolíneas se tiren de los pelos. La Airport Jacket (chaqueta de aeropuerto) es el sueño de cualquier pasajero sin recursos. Algo así como una maleta con mangas, esta prenda de tres piezas que se quitan y se ponen (puede pasar de abrigo a gabardina en un santiamén) es capaz de transportar hasta 15 kilos.
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“Cuando se viste en toda su longitud, la Airport Jacket es capaz de llevar un portátil, un iPad, dos pares de zapatos, un par de pantalones, tres camisetas, dos pares de pantalones cortos, calzoncillos para 3 o 4 días, un jersey liviano, un vestido, una bolsa de líquidos, la cartera, el teléfono y el pasaporte”, afirman sus creadores. “Y le sobra espacio”, presumen.
Cuenta con catorce bolsillos profundos, repartidos entre sus tres piezas: ocho hasta la cintura, once hasta la altura de las rodillas y los catorce si se acerca a los tobillos. Las dos partes de abajo, si se separan, pueden llevarse como una bolsa con asa la mar de cómoda y apañada. Y lo mejor de todo: la prenda ha sido diseñada de tal forma que su portador no parece el muñeco de Michelín cuando la lleva.
Hay chaquetas de hombre y de mujer, todas son de color negro y resistentes al agua y se pueden escoger versiones de invierno o primavera, con capucha o sin capucha. En cualquier caso, para hacerse con una de estas aliadas del viajero hay que pasar por Kickstarter, donde la campaña ha superado ampliamente su objetivo de recaudación, y abonar entre 180 euros (por la versión primaveral) y unos 215 euros (por la de invierno). Cuando salgan a la venta fuera de la plataforma de ‘crowdfunding’ costarán entre 280 y 375 euros, aproximadamente.
A Claire y Benke se les ocurrió la idea durante un viaje con su hijo recién nacido. Era tal su exceso de equipaje, a causa del bebé, que la aerolínea quiso cobrarles 130 euros por el sobrepeso. Era más de lo que habían costado los billetes. Para evitarlo, tuvieron que embutir prendas, cargadores, pañales y juguetes en sus bolsillos. Lograron su objetivo (no pasar por caja), pero los objetos, que sobresalían de forma incómoda y ridícula, convirtieron el vuelo en una auténtica tortura.
Tras sufrir el problema en carne propia, decidieron ponerle solución pergeñando la chaqueta definitiva. Se pusieron manos a la obra para no volver a pasar por una situación similar, ahorrarnos el mal trago a los demás y, de paso, en la medida de lo posible, hacerse ricos ($$$). Así nació la Airport Jacket.
¿Algún problema en el control de seguridad?
“Los portadores solo tienen que meter su equipaje en los bolsillos de la chaqueta cuando acudan al mostrador de facturación y en el embarque, y una vez que estén a salvo en el avión pueden desabrochar la cremallera y transformarla en una bolsa capaz de guardar tanto la chaqueta como todos los objetos de los bolsillos”, afirma Juice Promotions Australia, la empresa que han fundado Claire y Benke para vender esta prenda portentosa.
Por tanto, afirman que cualquier preocupación acerca de las dificultades que podrían surgir en el control de seguridad es infundada. “Los objetos que suele ser necesario sacar de la Airport Jacket son normalmente el portátil y la electrónica, que puedes extraer fácilmente”, explican sus creadores. “La seguridad del aeropuerto no se fija en cómo almacenas tu equipaje, solo revisan el contenido”.
Salvo el precio de la prenda en sí, todo son ventajas. Así que, viajero ahorrativo, solo falta que eches cuentas y compruebes si viajas tanto como para que el ahorro en equipaje facturado te compense el coste de adquirir la chaqueta aeroportuaria. Si es así, ya estás tardando en adquirir este curioso invento, quizá lo mejor que se ha inventado para el pasajero ‘low cost’ desde la propia Ryanair.
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Con información de Kickstarter
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