Lo que en su día comenzó siendo simplemente un lenguaje singular y divertido que nos ayudaba a expresar de forma visual casi cualquier cosa ha terminado siendo mucho más que un idioma propio. Los emoticonos ya no solo sirven para mostrar alegría o enfado, sino que han generado un universo propio y ya se utilizan incluso para lanzar productos.
Como si del ‘merchandising’ del último grupo musical de moda se tratase, ahora se fabrican cojines, estuches, mochilas, tazas y todo tipo de artilugios de utilidad cuestionable en los que solo hay un requisito: que pueda plasmarse en ellos a la flamenca del WhatsApp. Por si fuera poco, ahora ha llegado el momento de sentarse en la mesa a comer emoticonos.
‘Cupcakes’ de lo más mono
Las cuatro caras amarillas que nos ofrecía Messenger allá por el 2006 se han visto superadas por otros rostros ilustrados como el del mono tímido que se tapa los ojos, el extraterrestre o la mismísima caca sonriente. Con mayor o menos éxito, tanta diversidad y simpatía han dejado en pañales a aquellos emoticonos de hace una década.
Su fama y popularidad son tales que conforman el pilar básico de ‘Cakemoji’, el libro de recetas de los emoticonos. Esta obra literaria del siglo XXI nos enseña a través de cada una de sus páginas cómo hacer las mejores galletas, magdalenas y tartas protagonizadas por los muñecos más conocidos de tu teléfono móvil. Aunque, claro está, todo con nombres mucho más modernos y ‘cool’: ‘cookies’ y ‘cupcakes’ para todos.
Si sorprender a tus invitados con jamón ibérico, patatas fritas y aceitunas y una tarta de queso de postre te parece algo demasiado clásico, el libro de los emoticonos hecho plato necesita llegar a tu cocina. Ferran Adriá parecerá un aficionado adicto al nitrógeno y tú podrás entablar conversaciones con tus invitados a través de galletas de chocolate que dicen cosas.
¿Quieres empezar el evento con una dosis de alegría? Unas ‘cookies’ de chocolate blanco ilustradas con la básica cara amarilla sonriente serán la mejor opción. ¿No sabes cómo dar una sorpresa a través de un alimento? Haz unas ‘cupcakes’ con la cara del mono con los ojos cerrados y todo el mundo quedará impresionado ante una creación tan entrañable. ¿Quieres ironizar con el día tan fatídico que tuvisteis en el trabajo o revolverle el estómago a tus invitados para que se vayan pronto? Prepara unas magdalenas gigantes con forma de excremento, pero con sabor a chocolate.
Además, ofrecer una vuelta de tuerca culinaria en tu cocina no te costará mucho: ‘Cakemoji’ cuesta ahora poco más de 4 dólares en Amazon (algo menos de 4 euros al cambio actual) y, con él, no te faltará detalle: este libro de recetas escrito por Marianne Stewart y Jenni Powell cuenta con todas las fotografías necesarias para hacerse una idea de cómo deben quedar tus pasteles y evitar así que termines sirviendo un verdadero Frankestein de los emoticonos.
¡Pasen y vean!
No obstante, ni los cojines ni el libro de recetas representan el culmen de lo absurdo. De hecho, son solo la punta de ese iceberg formado por emoticonos. Por si estos detalles comerciales fueran poco, en 2017 las salas de cine albergarán el estreno de ‘Emoji: La película’. El primer trailer de la película lo protagoniza el emoticono más insulso y tristón del chat verde, el emoticono de la sonrisa torcida.
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Con su típico carácter amargo trata de vendernos la que será la revolución cinematográfica del 2017. Caras amarillas compitiendo por el amor de la flamenca del WhatsApp en un universo gobernado por excrementos con tupé o monos que se tapan los ojos para mostrar sorpresa forman parte del grueso de un largometraje de animación que, para bien o para mal, no dejará indiferente a nadie.
Aunque la trama sobre la que girará la película es todo un misterio (y, a decir verdad, tampoco parece que vaya a ser el plato fuerte de esta oferta cinematográfica) lo que parece innegable es que tanto misterio ha conseguido crear algo de expectación: todo lo relacionado con la película dirigida por Tony Leondis es una incógnita y, aunque sea por matar la curiosidad, alguien terminará pagando una entrada de cine (para luego comerse en su casa un buen ‘cupcake’ con forma de mono).
Emoticonos para conquistar a los clientes
La compañía aérea de bajo coste Norwegian se sumó recientemente a la revolución de los emoticonos y decidió utilizar estas archiconocidas ilustraciones para promocionar sus vuelos a Las Vegas. La estrategia de marketing consistió en crear una URL formada solamente por emoticonos, concretamente un avión, unos billetes voladores y una máquina tragaperras.
El equipo de la aerolínea apostó por este singular ‘link’ para conquistar a todos esos jovenzuelos a los que ahora llamamos ‘millenials’ y que pierden la cabeza por emoticonos, filtros, ‘stickers’ y demás aderezos de las aplicaciones móviles más populares a día de hoy. De hecho, Norwegian pareció acertar. Al menos,consiguieron que su mensaje se hiciera viral.
Así, los emoticonos han confirmado que han logrado salir de WhatsApp para inundarlo todo: más allá de aparecer en alguna que otra ‘newsletter’ que pretende ser simpaticona, su llegada al mundo de los recetarios e incluso a la alfombra roja parecen palabras mayores. Teniendo en cuenta que ya hay restaurantes temáticos de caca, no sería de extrañar que pronto algunos se atrevan con los emoticonos como hilo argumental de su menú degustación.
El día en que eso suceda, deberemos estar preparados para la guerra definitiva: ¿agradará la paella versión emoticono a los puristas de este plato valenciano o protagonizará la enésima polémica del arroz con cosas que escandaliza a muchos?
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Con información de Mentalfloss (y 2) y Daily Dot.
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